¡Hola! Hoy os traigo una entrada con una reseña doble, ya que he decidido comentar aquí los dos libros de la bilogía "Deja que ocurra" de Alice Kellen. Aunque tengo mis más y mis menos con las obras de esta autora, la verdad es que no puedo negar que las sinopsis de sus libros logran despertar mi curiosidad (y encima me dejo tentar fácilmente con algunas opiniones de otras personas). Mi problema es que luego no me suelo creer los romances que plantea y acabo suspirando exasperada. Eso sí, debo admitir que lo que sí que me gusta es cómo plantea algunas reflexiones sobre la vida o sobre las decisiones que vamos tomando día a día.
Aunque tengo una amiga que es muy fan de Kellen (y es quien me suele tentar con los libros de la autora), realmente empecé esta bilogía por una reseña que vi en el blog "Locura por los libros". La reseña en cuestión era del libro "Todo lo que nunca fuimos" (1º parte de la bilogía) y la podéis ver aquí. Lo que me llamó la atención de esa opinión fue que mencionaba que el libro te hacía sentir muchísimas emociones (y bueno... no voy a negar que Carla, administradora del blog, casi siempre me tienta cuando alaba un libro porque muestra muchísimo entusiasmo y describe muy bien sus sentimientos). Yo no he quedado con la misma impresión, pero no me arrepiento de haberle dado una oportunidad a la historia. Además, veo normal que no todo el mundo acabe la lectura pensando igual.
La bilogía "Deja que ocurra" está compuesta por los libros "Todo lo que nunca fuimos" y "Todo lo que somos juntos".
A mi parecer, la primera parte es mejor que la segunda, más que nada porque es más amena y se dan más acontecimientos, pero ninguno es insufrible.
Los protagonistas son Axel y Leah, quienes se conocen desde siempre y tienen una relación en la que hay mucho cariño. Axel ve a Leah como una hermanita, ya que es el mejor amigo de su hermano y es 10 años mayor que ella, pero, a raíz de una tragedia, Leah se va a vivir temporalmente con Axel y él se irá dando cuenta de que ella lo quiere de un modo que de fraternal no tiene nada.
Solo por la diferencia de edad, para mí el romance tenía un potencial brutal y quería ver cómo se iba a tratar. Vale que la diferencia de años no es abismal, pero sí que es innegable que dos personas de esas edades pueden estar en etapas muy diferentes de su vida. Ella tiene 19 años cuando la conocemos y ha perdido el rumbo, mientras que él roza los 30 y ya está asentado en una rutina y en un estilo de vida en el que no tienen cabida los dramas.
Me gustó bastante el planteamiento de la historia y parte de su desarrollo, pero luego me dio la impresión de que se caía en la monotonía y de que las actitudes de ambos iban empeorando: las de ella se iban volviendo más infantiles y las de él más estúpidas por aguantar tanto berrinche y no mostrar más firmeza.
No es una bilogía que yo os vaya a recomendar locamente. Es una historia que es aceptable a secas y que resulta más o menos amena de leer, pero a mí no me ha resultado memorable. En todo caso, con esto no os estoy diciendo no la leáis, comparad opiniones y lanzaos con ella si os atrae.
Comenzaré hablando de la primera parte... ¿queréis saber un poco más sobre quiénes son Axel y Leah? ¿Sí? Pues vamos con la reseña de...
TÍTULO: TODO LO QUE NUNCA FUIMOS
Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres.
Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar.
Porque ella está prohibida, pero le despierta la piel.
Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.
Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.
Ficha técnica completa aquí)
OPINIÓN PERSONAL
Un libro que tenía potencial para dar más de sí. La historia de Leah y Axel lo tenía todo para enamorarme: ternura, pasión, toques de humor, elementos dramáticos interesantes de explorar... vamos, que yo realmente creía que iba a ser inolvidable, pero finalmente me pareció aceptable y ya está.
Leah tiene 19 años y nada le hace ilusión. Su alegría desapareció el día en que sus padres murieron en un accidente de tráfico y ella sobrevivió. A partir de ese instante quedó a cargo de Oliver, su hermano mayor, quien ahora ha conseguido un nuevo trabajo que lo cambiará todo. Dicho trabajo servirá para poder pagarle la universidad a Leah y afrontar mejor cualquier gasto, así que Oliver no puede rechazarlo. Como ese empleo requiere que se traslade a otra ciudad durante un año, Oliver le pide a Axel, su mejor amigo, que cuide de Leah durante ese tiempo para que ella no se vea obligada a abandonar su entorno y a sus amistades.
Axel tiene 29 años, adora su independencia y vive feliz trabajando desde casa, teniendo relaciones sin compromiso y sin preocuparse de nada. Que Leah se venga a vivir con él supone un cambio brutal en sus rutinas, pero la conoce desde que nació y la considera como parte de su familia, así que se ve incapaz de negarse a la petición de Oliver. Aunque sabe que no será fácil debido a la compleja situación emocional de Leah, lo que realmente lo complicará todo es descubrir que ella no lo veía a él como un hermanito mayor...
La primera mitad del libro fue la mejor, más que nada porque la autora sabe presentar a los personajes y consigue que generen simpatía. Leah está sumergida en un bucle de dolor y no es difícil ponerse en su lugar y entender su actitud. Ni siquiera consigue pintar, que antes era su gran pasión, pero intenta cumplir con sus obligaciones para que al menos no la consideren incapaz de salir adelante.
En esas páginas me daban ganas de conocerla mejor y de ver si iba a ir volviendo a recuperar las ganas de vivir. Que tuviera sentimientos por Axel para mí no era un problema, es más, estaba expectante ante lo que pudiera pasar una vez que él supiera la verdad.
En cuanto a Axel, de él me gustaba que fuera un espíritu libre y su forma de ser (responsable sin necesidad de amargarse). Vi creíble su inquietud ante el hecho de hacerse cargo de Leah de repente, ya que, aunque Leah fuera mayor de edad, no dejaba de ser una chica que necesitaba que le prestaran cierta atención. Y, al fin y al cabo, es normal que Axel se sintiera responsable de su bienestar mientras ella estuviera viviendo con él. A medida que avanza la lectura, se ve cómo Axel no quiere limitarse a darle un techo y comida, sino que también quiere intentar que Leah vuelva a sentir interés por lo que la rodea y se espabile, así que irá ideando modos para conseguir su objetivo. Personalmente, no vi nada excesivamente condenable en su forma de actuar ya que, aunque es cierto que a veces incita a Leah a salir de su letargo sin que ella lo desee, tampoco se puede decir que la torture ni que la haga pasar por nada traumático. De hecho, si tuviera que quejarme de algo, sería de que no vi creíble cómo evoluciona el comportamiento de ella, más que nada porque determinados cambios en su actitud se dan por milagro divino y resultan forzados.
Respecto al romance, creo que me gustó más la idea que yo tenía de él que la forma en la que se desarrolló en la novela. La diferencia de edad puede ser chocante, pero para mí eso no era un inconveniente porque yo no veo raro que dos personas que se lleven 10 años se puedan enamorar. No es una diferencia enorme de edad y considero que el nivel de madurez es lo que realmente juega un papel clave.
El problema es que yo no veía nada de Leah que pudiera enamorar a Axel. Él le tenía un cariño enorme, pero eso no es amar y tampoco hablan lo suficiente como para decir que eso hace que él deje de verla como una hermanita. Más que forjar el lazo emocional, la autora decide centrarse en la atracción física. y eso lo va estropeando todo porque vuelve repetitiva la narración.
Y por si eso fuera poco, a medida que se desarrolla esa atracción meramente física, los protagonistas van perdiendo su encanto. Los pensamientos de él parecen salir siempre de una parte que no es su cerebro y ella se infantiliza y da la impresión de tener 12 años y no ser capaz de pensar en las consecuencias. Sé que ambos son adultos y que la responsabilidad de todo lo que hagan es de los dos, pero a veces hay que pensar en los daños colaterales y en si se tendrá valentía para afrontarlos, cosa que ninguno hace.
Lo positivo es que los capítulos son breves y es relativamente fácil avanzar sin estancarse. Os prometo que, hasta más o menos la mitad, a mí el libro se me estaba pasando volando y disfrutaba viendo cómo los protagonistas iban evolucionando. Veía complicidad, me creía la amistad, tenía ganas de saber qué iba a ser lo siguiente que ocurriera y quería ahondar en los problemas psicológicos de Leah. Luego se precipitaron varios acontecimientos y ahí la historia cayó en la monotonía. No me aburría leyendo, pero la verdad es me quedaba muy indiferente. Aspectos que yo pensaba que iban a trabajarse más, acaban siendo tratados de forma muy superficial (y no me refiero solo al romance, sino también al propio trauma de Leah). Es más, hasta las relaciones y dramas de Leah y Axel con sus familiares se muestran como simples anécdotas de las que solo vemos pinceladas (a pesar de que se da a entender que hay mucho de lo que hablar porque todos cargan con sus penas y sus frustraciones). De repente, a algunos le dan berrinches y otros solucionan sus asuntos de un plumazo, así que da la impresión de que son personajes a los que ni la propia autora quería prestarles demasiada atención y solo querían que dieran juego en momentos muy concretos.
No sé, me da cierta pena decir esto, pero a mí no me ha parecido una historia grandiosa. Está bien para pasar el rato, pero me ha dejado una sensación agridulce.
El desenlace no tiene ningún giro inesperado, creo que pasa lo que la mayoría de lectores deducirán que tenía que ocurrir para que quedarán asuntos abiertos para una continuaciación. Precisamente porque me lo esperaba, ni me gustó ni me disgustó, pensé "pues vale, qué bien, a por el siguiente libro" y no sentí ninguna emoción. Por ser una lectura simplemente pasable y sin nada que me entusiasmara en exceso, le doy un aprobado justo.
Valoración del libro: 5,5/10 "Con un inicio que me generó grandes expectativas y que incluso me hizo cogerle aprecio rápidamente a todos los personajes, esta historia acabó siendo simplemente aceptable por culpa de cómo se fue volviendo repetitiva en varios aspectos. No llega a ser tediosa, pero después de la mitad va perdiendo chispa y todo sucede según lo esperado. El romance me dejó bastante fría, siendo la principal razón el hecho de que acabara centrándose casi exclusivamente en una atracción física y que se quisiera vender que era más que eso".
Lo de Axel y Leah no ha terminado, ¿queréis saber si para mí valió la pena saber cómo siguió todo entre ellos? Pues os dejo mi reseña de...
TÍTULO: TODO LO QUE SOMOS JUNTOS
Han pasado tres años desde la última vez que se vieron. Ahora, Leah está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería.
Y, pese al pasado, Axel necesita formar parte de un momento como ese.
Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Leah tiene que tomar decisiones que pueden cambiarlo todo, porque, a pesar de lo que ocurrió, los recuerdos de toda su vida siguen ahí; intactos, bonitos, únicos. Colándose en cada grieta que aún no ha cerrado.
Porque él sigue siendo el chico que aún no ha olvidado.
Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.
Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.
Ficha técnica completa aquí)
OPINIÓN PERSONAL
PEQUEÑA OPINIÓN SIN SPOILERS DEL LIBRO ANTERIOR
Una segunda parte que no aporta prácticamente nada. No es que el primer libro me fascinara, pero sí que me pareció ligeramente más ameno. En éste apenas se dan sucesos relevantes, siempre se le está dando vueltas a lo mismo y no se nota el paso del tiempo en los protagonistas. Es cierto que no es excesivamente complicado avanzar gracias a la brevedad de los capítulos y al hecho de que vamos pasando rápido de un acontecimiento a otro, pero faltan alicientes que ayuden a querer leer sin parar.
Desde mi punto de vista, hubiera sido mejor añadirle algunos capítulos a "Todo lo que nunca fuimos" y ahorrarnos esta continuación.
A PARTIR DE AQUÍ, MI OPINIÓN CONTENDRÁ SPOILERS DEL LIBRO ANTERIOR
Tres años. Ése es el tiempo que ha pasado desde que Axel dejó a Leah y la alentó a ir a la universidad y a vivir una vida sin él. Desde entonces, no ha pasado ni un día sin que Axel no se atormente a sí mismo por su decisión de romper con Leah. En cuanto a Leah, ella ha conseguido salir adelante y está disfrutando de su experiencia como estudiante de arte. Y no lo hace sola, ya que ha iniciado una relación con Landon, un chico que la apoya incondicionalmente y es un pilar para ella.
Primera cosa que me chirrió: si han pasado 3 años en los que no has visto a una persona, es imposible que cada acción que hagas te lleve a pensar en ella. No soy una insensible y sé que Axel y Leah se amaron y nos vendieron que lo suyo fue épico, pero no es normal que después de tanto tiempo piensen cada segundo el uno en el otro. Y si ya encima tienes una nueva pareja, más absurdo lo veo.
Aunque Leah no quiere ponerle etiquetas a lo suyo con Landon, viven una relación que podría ser calificada de formal, ya que conviven ocasionalmente juntos, no quedan con terceras personas, se presentan como pareja ante los demás... no sé qué les faltaba para que Leah lo viera como su novio. Eso sí, no os voy a decir que Landon es un chico fascinante, ya que es un florero decorativo con vocación de alfombra (no destaca y encima acepta ser pisoteado constantemente).
No aporta absolutamente nada al libro, nació para reirle la gracia en todo a Leah y tiene horchata en las venas. Debo decir que hasta me dio vergüenza ajena su falta de reacción a cosas que afectaban directamente a su relación con Leah. Es un tercero en discordia que sobra, os juro que podríamos eliminar sus apariciones y ni se notaría.
Es obvio que Leah y Axel se tienen que reencontrar porque ése es el propósito de la novela, así que no hay sorpresas en ese sentido. Axel trabaja ahora en una galería y gracias a su empleo tendrá una nueva oportunidad de acercarse a ella. Oliver, el hermano de Leah, le comunica que ella va a participar en una exposición y eso provocará que vuelvan a verse. Oliver, otro de los muchos floreros de este libro, está más calmado que al final del libro anterior, así que al menos no hay que aguantar que esté en modo furioso contra Axel.
Axel y Leah no son más repetitivos porque no se puede. Sus conversaciones e instantes juntos son siempre muy parecidos. Todo se reduce a lo siguiente: ella le reprocha el pasado, él se disculpa una y otra vez, se ponen en plan atormentado, se alejan, creen que no volverán a hablar, hay un nuevo acercamiento y... vuelta a empezar. Es un bucle constante, y eso va siendo cada vez más agotador.
A Axel se le nota más madurez en algunos sentidos, además, no es tan impulsivo como Leah y suele reflexionar más sobre lo que va ocurriendo. Su principal fallo es que a veces es pesado con sus calentones y comentarios sexuales, así que ahí da la impresión de ser un adolescente. Eso sí, lo que me dio pena es que solo faltaba tacharlo de abusador por haber estado con Leah... a todo el mundo parecía olvidársele que ella era mayor de edad y que nada pasó sin su consentimiento.
Leah es una quejica caprichosa que siempre necesita tener a alguien que la consuele (para eso es Landon, no importa que no lo ame, es el hombro perfecto en el que llorar y ella admite que no quiere dejarlo para no perderlo como apoyo). Ya no es una adolescente, así que se le debería notar un poquito más de madurez, pero no. Y, ufff.... es que no quiero entrar en detalles para no dar spoilers, pero me enfadó cómo la autora al final intentó maquillar que Leah quedó como una tonta que no sabe tomar decisiones. En medio de reflexiones sobre momentos cruciales y la necesidad de equivocarse y de caer para volver a levantarse, lo que vemos es cómo cualquiera cree saber lo que es mejor para Leah (y encima le demuestran que es así, ya que a la chica no le sale nada bien si no tiene alguien que dé su visto bueno).
El romance a mí no me emocionó, había pequeñas escenas que no me desagradaban, pero luego siempre había alguna actitud que me irritaba y por eso se me pasaba rápido el entusiasmo.
Seguramente, si Leah y Axel os caen mejor que a mí, disfrutaréis más que yo con lo que ocurre entre ambos.
Lo que sí que destaco como positivo es que me gustó la relación de Axel con su familia (excepto algunas cosas con su madre). En general, se les veía una bonita camaradería y creo que, explotando más ese aspecto, la novela hubiera ganado puntos. Y lo mismo pasa con otros personajes secundarios, los cuales hacen apariciones muy concretas y luego la autora se olvida de ellos y ni vuelve a mencionarlos. Por eso mencioné anteriormente que había muchos floreros...
El desenlace es totalmente cerrado, no vi nada que quedara en el aire, pero hubiera agradecido un epílogo con más sentimiento.
Si habéis leído el primer libro y os gustó u os pareció aceptable, pues seguramente leeréis éste. No seré yo quien os diga que no lo hagáis, ya que he visto a muchas personas decir que esta continuación les pareció que era mejor que libro anterior, así que tal vez tengáis suerte y os pase igual. Para mí ha sido una lectura sin pena ni gloria, no la he odiado a muerte, pero tampoco diría que me ha gustado.Es más, si llega a ser una novela un poco más larga, se me hubiera hecho muy cuesta arriba terminarla porque iba notando que cada vez me costaba más avanzar.
Valoración del libro: 3,5/10 "Una continuación que podría haber dado más de sí aprovechando el paso del tiempo y el cambio de circunstancias de los protagonistas. La historia no tiene sorpresas y en muchos instantes resulta repetitivo el modo de comportarse de todos los personajes. Lo único positivo es que la lectura no es excesivamente tediosa a pesar de que apenas hay alicientes para querer avanzar en ella. Desde mi punto de vista, es un libro olvidable y con mucho relleno".
Y hasta aquí esta entrada :-)
¿Tenéis intenciones de leer esta bilogía?
Si ya la habéis leído, me encantará que me contéis qué os pareció ;-)
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