¡Hola! Toca entrada especial, ya que me apetecía reseñar en la misma publicación las dos partes que componen la bilogía "Rose Lake" de Cherry Chic ♡ Tengo una amiga que suele adorar los libros de esta autora (sí, Carme, eres tú y siento haberme resistido tanto a darle una oportunidad xD) y solía tentarme con sus reseñas, pero yo creía que eran historias muy largas y que tendrían un tono demasiado desenfadado para mi gusto. Por tanto, admito que tenía algunos prejuicios, pero ahora tengo claro que quiero leer más obras de Cherry Chic (que encima estuvo en la isla donde vivo el año pasado y yo pasé de ir a la firma de libros porque todavía no había leído nada de ella y entonces no le veía sentido a acudir al evento... soy un desastre -.-).
Dejo de enrollarme y os empiezo a hablar de estas dos joyitas:
Opinaré de cada libro individualmente, pero primero quiero hacer una valoración general de la bilogía (sin spoilers).
"Rose Lake" es magia, es ternura, es el lugar en el que la mayoría querríamos perdernos un tiempo (o toda la vida). Es un entorno que evoca tranquilidad y que da la impresión de ser el sitio perfecto para enamorarse o para encontrar la paz. Asimismo, también te hace soñar con estar ahí y pasar las tardes escuchando música, leyendo o quedando con los amigos para tomar una taza de chocolate caliente mientras el paisaje se cubre de nieve.
"Cuando el cielo se rompa y caigan las estrellas" nos presenta a Maia, una adolescente que se ve obligada a mudarse allí con su madre. Junto a ambas, iremos descubriendo el encanto de "Rose Lake" y las acompañaremos en su búsqueda de la felicidad. Miedos, complejos, prejuicios... aprender a superarlos será su único modo de liberarse.
"Cuando acabe el invierno y volvamos a volar" nos traslada 7 años después de lo ocurrido en el primer libro. Ahí veremos cómo les fue a los personajes ya conocidos y también profundizaremos mejor en algunos que siempre estuvieron en un segundo plano. Creí que esta 2º parte no podría igualar a su antecesora, pero es incluso mejor.
Los dos libros son adictivos. El estilo de escritura de Cherry Chic es fluido y hermoso. Sabe ser dramática y, al mismo tiempo, dotar de ternura a los personajes, pero no cae en el error de resultar empalagosa y de quitarle realismo a ciertos temas.
Hay amor, instantes de tristeza, de rabia y de pasión. Además, se tratan asuntos como el perdón, el rencor, la vorágine autodestructiva en la que puede entrar alguien sin apenas darse cuenta, el precio de la fama o el valor de la tranquilidad.
Al acabar la bilogía, si consigue gustaros tanto como a mí, veo complicado que no os dé pena decirle adiós a los personajes. Si a Cherry Chic le diera por escribir una 3º parte, yo la compraría sin dudarlo ni un segundo.
¿Queréis saber un poco mejor de qué va el 1º libro?
¿Sí?
Pues vamos allá con la reseña de...
"CUANDO EL CIELO SE ROMPA Y CAIGAN LAS ESTRELLAS"
En Rose Lake hay un concurso de buzones Free Library cada Navidad y gana el vecino que tenga el buzón más bonito para libros. Hay un festival de otoño que incluye subastas de calabazas y concursos de cortar leña con hacha. Hay un solo restaurante, pero es posible que sirva el mejor chocolate caliente del mundo. Hay un lago, claro, rodeado de montañas y espesos bosques, y sus habitantes apenas pasan de las mil personas.
Es, según Vera, el pueblo perfecto para resurgir.
Según Maia, un rincón perdido del mundo, entre las montañas de Oregon (Estados Unidos).
Según Martin es el mejor sitio para nacer y crecer.
Y según Kellan, para él, Rose Lake es el lugar más hermoso y doloroso del mundo.
(Portada y sinopsis de la edición publicada por
el sello editorial Montena,
perteneciente a Penguin Random House)
OPINIÓN PERSONAL
El único motivo real porque el que no es perfecto es porque una de las dos parejas protagonistas eclipsa a la otra. No es que sea malo que una pareja sea tan maravillosa y la otra no, pero cuando una te roba el corazón, no puedes evitar sentir que la otra le está robando páginas. En todo caso, me estoy adelantando, vamos a comentar primero de qué va todo y luego ya analizaré a las parejas.
El inicio sabe captar de inmediato la atención porque no estamos ni con rodeos ni con reflexiones de relleno para engrosar la novela. Maia tiene 17 años y adora a Vera, su madre, pero ahora es incapaz de no mirarla con furia porque la ha obligado a dejar su hogar en Madrid y mudarse a Rose Lake, un pequeño pueblo perdido en Estados Unidos en el que vive Max, su padre. Maia residía en Madrid con su madre y su abuelo materno, pero él falleció de manera inesperada y su madre se ha dado cuenta de que no puede afrontar ella sola los gastos de alquiler y del día a día. Por eso, que Max les haya ofrecido irse a vivir con él ha sido como una bendición del cielo para Vera, ya que encima él le ha ofrecido darle un empleo en el restaurante que regenta.
Sin duda, la relación de Vera y Max es inusual, pero ya les gustaría a muchos tener su camaradería y su forma de adaptarse a las circunstancias. Vera se quedó embaraza de Max cuando era una adolescente. Él nunca evadió su responsabilidad como padre y desde entonces se convirtió también en el mejor amigo de Vera. Lo suyo como pareja era imposible porque no estaban enamorados. Además, Max acabó aceptando que era gay cuando se acostó con Vera y se vio incapaz de seguir fingiendo que le gustaban las mujeres. Por problemas familiares, él nunca le contó a sus padres y a su hermano que había tenido una hija, pero la llegada de Maia y Vera a Rose Lake lo cambiará todo...
Sin duda, no estamos ante una familia tradicional, pero eso no la hace menos maravillosa. Lo importante en cualquier tipo de familia es que haya amor y respeto mutuo, y eso es lo que predomina entre Max, Vera y Maia. Maia es una especie de huracán en formación cuando llega a Rose Lake, pero nunca me llegó a caer mal. Creo que no es difícil ponerse en su lugar y entender que es lógico que no la matara de ilusión abandonar la ciudad en la que siempre vivió y a sus amistades. Tiene algún que otro comportamiento cuestionable, pero nada excesivamente llamativo. Y lo mejor de todo es que se va viendo una evolución en ella que es acorde a lo que va viviendo.
A medida que avanzamos, nos sumimos en el intento que ella y Vera hacen de integrarse a Rose Lake, y también vemos la explosión de sucesos que detona su llegada. Al mismo tiempo, Maia se topará con Kellan, un chico que perdió recientemente a su padre y que intenta ser el pilar de su madre y su hermana. Y Vera conocerá a Martin, el atractivo y divertido hermano de Max. ¿Están destinadas madre e hija a encontrar el amor en el mismo lugar y al mismo tiempo? ¿Cómo reaccionará la familia de Max a la existencia de Maia y Vera? ¿Qué ocurrió en esa familia que fuera tan grave como para que Max optara por ocultar que es padre?
Tanto Maia como Vera, Martin y Kellan tienen capítulos propios. Vamos alternando la atención entre unos y otros y, lógicamente, cada lector/a tendrá sus preferencias a la hora de disfrutar más de unos capítulos o de otros. Personalmente, Maia y Kellan me parecían simpáticos y considero que mostraban bien algunos temores que se tienen en la adolescencia y el miedo a que a esa edad se puedan tomar decisiones que no sean las correctas. Sin embargo, no me enamoraron. No me desagradaban y creo que tuvieron algunos momentos preciosos, pero no tuve un flechazo con su historia. Lo más interesante fue ver cómo afrontaban el hecho de tener que tomar decisiones que marcarían un antes y un después en su vida y en su relación. Ahí a más de uno le podría sorprender lo tajante que es un personaje...
En lo que respecta a Vera y Martin, lo suyo sí que me tenía suspirando de amor continuamente. Estos dos demuestran que no por ser adulto abandonas las inseguridades y los complejos. Al ser madre tan joven, Vera dejó de lado su faceta de mujer y se llenó de complejos. Por otro lado, Martin sufre desde hace años el rechazo de su padre por algo que ireís descubriendo poco a poco. Tiene la idea de que no merece nada y nunca se ha comprometido con nadie. Ver a estos dos ir acercándose tímidamente y forjando algo especial es una delicia. Martin es el hombre ideal, así de claro, que alguien haga que Rose Lake sea un sitio real y yo me voy mañana mismo a casarme con Martin. Vale, me freno, que no soy una cría y debo contener mis impulsos jajaja Ahora en serio, Martin es un personaje que, al igual que Vera, está muy bien construido. Ambos tienen sus luces y sus sombras y da gusto ir viendo cómo se van conociendo y creando luz donde solo había oscuridad. Hay muchísima ternura y delicadeza, pero también una pasión que puede quemar sus mundos.
De fondo, las historias de personajes como Max, sus padres y otros vecinos de Rose Lake. Y, por supuesto, Rose Lake, que es como un elemento más en la novela.
Qué ambientación tan agradable y dulce. Es muy complicado no querer sentarse frente al lago que le da nombre al pueblo o no querer tomarse un chocolate caliente en el restaurante de Max. Yo soy una urbanita y, a pesar de eso, me dieron ganas de dar un paseo por sus bosques o participar en uno de esos eventos locales tan de película estadounidense
(hasta la propia Maia menciona bastante lo mucho que todo le recuerda a las películas jajja).
Las páginas pasaban sin que apenas me diera cuenta, y eso no es algo que me ocurra mucho. Siempre hay algún aspecto de la trama que mantiene el interés y todos los acontecimientos generan algún tipo de emoción.
El desenlace cierra una parte de la historia y deja en el aire otra. Oportunidades inesperadas y una decisión crucial, eso es lo que marcará el final. Creo que lo que menos gracia me hizo fue que un personaje eligiera lo que consideraba mejor para el otro. Por mucho que pudiera tener razón, vi ligeramente forzado que casi no dejara que ni el otro opinara. En todo caso, teniendo en cuenta que había una continuación, era lógico que quedara algún frente abierto.
Sea como sea, es una lectura que vale mucho la pena y que ofrece algo más que romance. Por tanto, os animo encarecidamente a darle una oportunidad.
Valoración del libro: 8/10 "Con una ambientación que desprende encanto a raudales, este libro nos ofrece romance y algo de drama. Hay dos parejas protagonistas y creo que una brilla mucho más que la otra, pero incluso la más floja deja momentos bonitos. Las páginas vuelan y el desenlace te hace querer lanzarte de inmediato con la continuación".
¿Qué fue de los protagonistas de este libro?
¿Qué ocurrió tras las decisiones que se tomaron al final?
Esas preguntas os harán querer leer de inmediato...
"CUANDO ACABE EL INVIERNO Y VOLVAMOS A VOLAR"
Siete años dan para mucho.
Ashley Jones te diría que, en siete años, una persona puede aprenderlo todo acerca de perder y ganar lo más vital de la vida.
Brody Sanders diría que son suficientes para planear una venganza perfecta.
Maia Campbell-Dávalos diría que, con mucho esfuerzo y el apoyo de una gran familia, en siete años puedes llevar las riendas de tu vida de un modo que nunca nadie imaginó.
Y Kellan Hyland... Bueno, en realidad, si se lo preguntaras a Kellan posiblemente te miraría a traves de sus gafas de sol, gruñiría algo, devolvería la atención a su guitarra y te ignoraría por completo.
Lo que está claro es que, aunque hayan pasado siete años, Rose Lake todavía tiene muchas historias sin resolver. Quizá demasiadas. Y ha llegado el momento de completarlas.
(Portada y sinopsis de la edición publicada por
el sello editorial Montena,
perteneciente a Penguin Random House)
OPINIÓN PERSONAL
Una continuación que cautiva y que mantiene el nivel. Curiosamente, la pareja a la que le toca ser la secundaria y complementar a la principal, vuelve a brillar más que la otra.
El estilo narrativo sigue en la misma línea que el libro anterior: es ameno, no se detiene en describir más de la cuenta detalles insustanciales y explota bien el tema de los sentimientos y de la capacidad que tiene el ser humano para adaptarse a nuevas circunstancias.
Al retomar la historia años después de lo ocurrido al final de la primera parte, la edad ha hecho que algunos personajes pierdan la inocencia o que se hayan visto obligados a enfrentarse a más responsabilidades de las que esperaban, lo cual hace que, en algunos aspectos, la novela tenga un tono más maduro.
En el desenlace no queda ningún cabo suelto, así que podéis leerlo con la tranquilidad de que, aparentemente, no tendréis que esperar por un 3º libro (aunque eso sea un arma de doble filo y también dé cierta tristeza despedirse de Rose Lake).
A CONTINUACIÓN, COMENTARÉ EL LIBRO DE FORMA MÁS DETALLADA. INEVITABLEMENTE, MENCIONARÉ COSAS QUE PUEDEN SER CONSIDERADAS SPOILERS DE LA 1º PARTE, ASÍ QUE NO SIGÁIS LEYENDO SI NO HABÉIS LEÍDO "CUANDO EL CIELO SE ROMPA Y CAIGAN LAS ESTRELLAS"
Tras la marcha de Kellan, Maia ha rehecho su vida, aunque no puede evitar que le siga doliendo pensar en él. Ahora Kellan es una estrella de la música, pero él tampoco es feliz y parece que está tomando un camino peligroso. ¿Se reencontrarán? ¿Podrán superar el pasado? Una detención lo precipitará todo y hará que reflexionemos sobre si conseguir todo lo que cualquier podría desear puede llegar a ser suficiente para todo el mundo...
Pero ellos no son los únicos protagonistas. Si en el 1º libro Vera y Martin les hacían la competencia a Maia y a kellan, aquí les toca a Ashley y a Brody robarnos el corazón con su historia. Solo les conocíamos como amigos de Maia y Kellan y apenas les habíamos visto interactuar el uno con el otro, pero aquí se desvela que compartieron más momentos juntos de los que creíamos. Ashley era la típica chica alocada con buen corazón que intentaba asimilar que sus padres no le hacían ni caso. Brody era el chico con futuro prometedor que sufría en silencio el maltrato de su padre y que solo soñaba con huir de todo. De distinto modo, cada cual escondía una tragedia. Ashley se quedó en Rose Lake tras acabar el instituto y consiguió un empleo en restaurante de Max, aunque lo que gana apenas le da para hacer frente a las facturas médicas de su abuela enferma. Brody se convirtió en el deportista exitoso que todos creían que serían y se forjó una vida fuera de Rose Lake, que era justo lo que su padre quería para él. En la actualidad, Brody se ha propuesto llevar a cabo un plan para vengarse de su padre, y eso incluye volver a su pueblo natal... aunque eso suponga reencontrase con Ashley y hacer frente a lo que le dijo antes de marcharse...
En esta novela se tratan algunos temas más serios que en la 1º parte. Se habla de alcoholismo, consumo de estupefacientes, maltrato, salud mental o violencia física y verbal. Aunque en lo que estaba relacionado con Kellan vi exagerados pequeños detalles, creo que, en términos generales, la autora supo mostrar bien la gravedad de determinadas situaciones o comportamientos.
A nivel de romance, me da que ya os ha quedado claro que mis favoritos fueron Brody y Ashley. Si con el primer libro quería un Martin en mi vida, con éste quería un Brody. Ashley y él se complementan a la perfección, se desafían y tienen miedo de lo que pueda pasar entre ellos, pero su química es innegable.
Brody es fuego, pero también es calma. Me morí de amor con su delicadeza y su forma de complementar a Ashley. Cuando se dan los momentos más duros para ella, él sabe darle su espacio y, al mismo tiempo, estar atento para darle lo que ella necesita. Os aseguro que,
aunque discutan a gritos en alguna que otra ocasión, también son capaces de escucharse el uno al otro y de apoyarse cuando parece que todo se desmorona.
Kellan y Maia siguieron siendo simplemente tolerables para mí. Os juro que no me caían mal, pero son una pareja con la que no logré conectar. Desde mi punto de vista, se dedicaban a poner excusas tontas para no estar juntos. Encima aquí conocemos a Cam, un tercero en discordia que no está bien desarrollado como personaje. No tiene sentido su evolución y creo que la autora optó por una opción muy bestia para hacer que los lectores lo odiáramos. Los instantes de tensión en las últimas páginas fueron los mejores. Ahí vi auténtica sinceridad y se le dio realismo y coherencia a determinadas decisiones.
Lo que más eché en falta fue una participación mayor de personajes como Vera, Martin, Max o Steven. Están completamente relegados y considero que es una pena no ver mejor la estabilidad que han logrado.
No os voy a mentir, no es un libro que debáis leer esperando grandes giros argumentales o una trama increíblemente original. Tenemos romance aderezado con drama y una ambientación que sigue siendo excelente y que te hace soñar con ir a Rose Lake (aunque eso suponga pasar un frío de muerte en invierno y resignarte a que la noticia del año sea que hay una reunión vecinal).
Cherry Chic maneja muy bien el ritmo de la narración y consigue que sus palabras te absorban y quieras saber cómo acabarán todos los personajes. No sé qué más decir... ¡LÉEDLO! (solo si os van los libros de este estilo, si no os va el género romántico, mejor escoger otra lectura) :)
Valoración del libro: 8,5/10 "Han pasado 7 años para los personajes y eso se nota en su madurez y en sus circunstancias. Al igual que en el libro anterior, la pareja complementaria eclipsa a la principal, pero eso no evita que la historia se disfrute y que se den escenas que os hagan soñar con un amor como el que comparten algunos personajes. La autora escribe de un modo muy fluido y logra que, aunque se pueda adivinar el rumbo que tomará la trama, la lectura enganche. Da pena despedirse de Rose Lake, pero se agradece haber disfrutado de una bilogía tan bonita".
Todo lo expresado anteriormente es mi opinión, esto no significa que esté en contra de otros puntos de vista u otro tipo de opiniones. Si queréis preguntar algo o queréis dar vuestra valoración, no dudéis en dejar vuestro comentario, siempre que lo hagáis de modo respetuoso.