TÍTULO: PEQUEÑOS MILAGROS
TÍTULO ORIGINAL: COUNTING MIRACLES
AUTOR: NICHOLAS SPARKS
Tanner ha pasado toda su vida yendo de un lugar a otro, sin pertenecer a ninguna parte. Cuando su abuela, poco antes de morir, revela el nombre y el lugar donde vivía el padre que nunca conoció, decide visitar Asheboro para dejar el pasado atrás y seguir con su vida.
Kaitlyn sabe exactamente a donde pertenece. En Asheboro ha construido una vida para ella y sus hijos de la que está orgullosa, especialmente después de la crisis del divorcio. Pero cuando conoce al misterioso y atractivo Tanner no puede evitar sentir que algo faltaba en su vida hasta ahora.
Jasper nunca volverá a sentir que pertenece a ningún lugar. Pasa sus días solo, atormentado por el trágico accidente que le arrebató lo que más quería, con la única compañía de su viejo perro Arlo.
Los mundos de estos tres seres están a punto de colisionar, un encuentro imprevisto que cambiará para siempre la trayectoria de sus vidas. Porque hay caminos que se cruzan, otros se fusionan... y unos pocos te llevan a casa.
(Sinopsis y portada
de la edición publicada
por Roca Editorial)
OPINIÓN PERSONAL
Sin esperarlo, logró emocionarme. Cualquiera que me conoce sabe que con los libros de Nicholas Sparks yo no necesito ni leer sus sinopsis para comprarlos. Es mi autor favorito principal y, aunque no todas sus historias me gusten por igual, nunca he odiado ninguna. Con Pequeños milagros tenía las expectativas contenidas porque, a primera vista, no parecía que ofreciera una trama especialmente emotiva, pero al final consiguió que soltara alguna que otra lágrima. Sin duda, ya pasa a formar parte de mi lista de libros favoritos de Sparks. No solo por lo bien que le sabe sacar partido al factor emocional, sino también por las sorpresas que logra dar.
Tenemos a tres protagonistas principales: Tanner, Kaitlyn y Jasper.
Tanner ha pasado gran parte de su vida en el ejército y, aunque todavía es joven, ya está retirado y busca empleos que le permitan estar de un lugar a otro. Está en esa edad en la que la mayoría de sus amigos ya se han casado y tienen hijos, pero él no desea eso. Le gusta su libertad y quiere seguir descubriendo el mundo. Fue criado por sus abuelos maternos porque su madre murió en el parto y, presuntamente, no sabía quién era su padre. En los últimos meses, Tanner se ha dedicado a cuidar a su abuela enferma, y de manera inesperada ella le ha dado el nombre de su padre y el del lugar donde vive: Asheboro. Ahora que su abuela ha fallecido y que le quedan varios meses antes de que se tenga que sumergir en un nuevo proyecto laboral, Tanner decide ir a Asheboro e intentar dar con su padre, pero allí encontrará más de lo que esperaba. Y es maravilloso ir acompañándolo durante sus búsqueda de respuestas, ya que Tanner es un hombre amigable y sincero que intenta dar lo mejor de sí en todo momento. Únicamente le vi actuar de forma extraña en una parte del último tercio de la lectura, ya que, aunque era fiel a los deseos que siempre había expresado, parecía cegado ante lo que sus decisiones podían provocar en los demás.
Kaitlyn es una doctora divorciada con dos hijos que vive en Asheboro. No tiene ningún interés en embarcarse en una nueva relación sentimental, pero un encuentro inesperado con Tanner la hará reflexionar sobre sus propios deseos y sobre el hecho de que tal vez se haya olvidado de su faceta como mujer y se haya centrado únicamente en su papel de madre y doctora. De Kaitlyn me encantó su naturalidad y su madurez a la hora de ir afrontando sucesos inesperados.
Jasper es un anciano que apenas se relaciona con nadie y que vive con Arlo, su perro y leal compañero. Kaitlyn es su médico y uno de los hijos de ella suele reunirse con él para tallar madera. Al principio daba la impresión de que era el protagonista que menos cosas podía aportar, pero acabó siendo mi favorito. Y no, no deis por hecho que es el padre de Tanner porque desde el inicio se sabe que es prácticamente imposible.
Nicholas Sparks demuestra su bagaje como escritor consiguiendo que una historia sencilla vaya calando cada vez más hondo. No os voy a engañar, no ocurre nada aparentemente extraordinario, pero ese es precisamente el punto fuerte de esta novela: el realismo y el modo en que te hace conectar con sus personajes y sus sentimientos.
Cada protagonista te hace pensar en las oportunidades que aprovechamos y en las que dejamos pasar. En lo efímera y frágil que puede ser la felicidad. En lo difícil que es alcanzar el éxito y lo sencillo que puede ser perderlo todo. En los miedos que nos consumen y en lo importante que es no perderte a ti mismo cuando todo se complica.
Hay romance, pero no es el eje de trama. Lo que surge entre Tanner y Kaitlyn es un amor sin grandes aspiraciones, y eso no lo hace algo malo. Al contrario, da gusto ver el modo en que sencillamente empiezan a hablar y disfrutan mutuamente el uno del otro. Me creí su conexión y sentí auténtica curiosidad por la evolución de su relación. No se mienten el uno al otro, ambos son conscientes de que sus mundos no encajan y de que Tanner está de paso por Asheboro, pero les resultará complicado resistirse a la atracción que tienen y a la comodidad que sienten cuando están juntos. Hay dulzura y un toque de pasión en lo suyo. Y drama en la recta final, aunque no exactamente del tipo al que Sparks nos tiene acostumbrados.
En cuanto a Jasper, tengo que decir que ese hombre se ganó todo mi cariño. Y su perro Arlo no se quedó atrás. Leía y solo deseaba que a estos dos no les pasara nada.
Con Jasper alternamos sus vivencias actuales con flashbacks en los que nos va contando su niñez, su adolescencia y los hechos que marcaron su vida como adulto. En el presente, Jasper se mete en ciertos problemas para defender una buena causa, lo cual le lleva a poner en riesgo su seguridad y su bienestar. En el pasado, vemos cómo Jasper experimentó las mayores alegrías y acabó descendiendo a los infiernos tras sufrir diversas tragedias.
Eso sí, os aseguro que tanto lo del presente como lo del pasado te mantiene en vilo hasta el final
Es fácil avanzar en la lectura sin apenas darte cuenta. Además, no sabes cómo se conectará el misterio del padre de Tanner con todo lo que está ocurriendo. Y admito que no me vi venir la resolución de ese interrogante. Lloré cuando todo salió a la luz y me hubiera encantado que se mostrara a dos personajes pasando más tiempo juntos. Es más, solo por eso le resto un poquitín de puntuación al libro, ya que sentí que en el último tramo todo sucedió de forma apresurada y eso impidió que incidiéramos más en lo que cierto descubrimiento suponía para los afectados.
Hay fluidez en la narración y la cotidianidad está dotada de cierta belleza. El libro destaca más por lo que te hace sentir que por lo que cuenta, por eso me cuesta hacerle justicia con mis palabras. Los giros inesperados están limitados a las últimas páginas, pero son lo suficientemente potentes para que la espera valga la pena.
El desenlace no es del todo autoconclusivo. Diría que es un 95% cerrado, ya que sentí que Sparks no cerraba la puerta de cara a recuperar a los personajes en otro libro y ahondar en sus nuevas circunstancias. Aunque también veo factible otra obra que ahonde en un amor que fue la base de todo lo que ocurrió aquí y que, curiosamente, pasó totalmente desapercibido. Me limitaré a decir que de la pareja implicada apenas tuvimos una o dos menciones y resultó que ellos eran el origen de todo. Querría explicarme mejor, pero eso supondría spoilearos más de la cuenta. Digamos que se contó lo justo para no dejar incógnitas, pero es raro que Sparks no quisiera profundizar más en ellos.
Si sois fans del autor, dudo que esta novela os decepcione. No es de las más desgarradoras o sorpresivas, pero te llega al corazón.
Valoración del libro: 9,5/10 "Una historia que demuestra que los milagros se pueden basar en las pequeñas alegrías inesperadas que te da la vida. Tanner, Kaitlyn y Jasper se ganaron mi cariño. Me gustó la forma en la que se entremezcló el romance, el drama y la búsqueda de respuestas de cada uno. Los acontecimientos se van desarrollando con fluidez, pero las auténticas sorpresas están en la recta final. Aunque hay aspectos en los que se podría haber ahondado más, le doy la máxima puntuación porque Sparks ha conseguido una vez más hacer magia a la hora de describir sentimientos y de hacer que lo cotidiano pueda ser hermoso".
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