CARTAS DESDE LA ISLA DE SKYE
AUTORA: JESSICA BROCKMOLE
A medida que los dos se vuelcan en la
correspondencia —compartiendo sus esperanzas más atrevidas y sus mayores
secretos— su intercambio acaba convirtiéndose en amistad y, con el tiempo, en
amor. Cuando estalla la primera guerra mundial, David se alista como voluntario
y la correspondencia se trunca.
Junio de 1940. En plena
segunda guerra mundial, la hija de Elspeth, Margaret, se enamora de un piloto
inglés. Su madre trata de disuadirla; sabe, por experiencia, lo doloroso que es
mantener una relación en tiempos de guerra. Un día Elspeth desaparece dejando
unas cartas tras de sí. Margaret se adentra con ellas en un pasado del que nada
sabía. (Fuente: www.planetadelibros.com)
OPINIÓN PERSONAL
Divertido en sus comienzos, enternecedor y doloroso en su desarrollo, increíblemente emotivo en su final. Este libro me ha cautivado de principio a fin, hacía mucho tiempo que una novela no me atrapaba desde la primera página y me hacia estar enganchada hoja por hoja a su lectura. ¿Cómo he llegado hasta este libro? Primero debo aclarar que, en España por lo menos, no ha tenido una gran promoción, soy seguidora de varias páginas de lectura y ninguna lo había publicitado ni nada, al menos hasta este momento.
Este libro lo vi por casualidad en un centro comercial y me enamoré de la portada. No será un gran motivo, pero fue verla y tener un flechazo. Pero como soy tan indecisa a la hora de comprar libros, necesité consultar diferentes blogs en Internet donde ya habían algunas opiniones de él para decidirme a tenerlo. La mayoría de reseñas que leí lo alababan, así que finalmente lo conseguí y ya puedo decir que me sumo a todos los que se han sentido maravillados por esta historia.
Este libro lo vi por casualidad en un centro comercial y me enamoré de la portada. No será un gran motivo, pero fue verla y tener un flechazo. Pero como soy tan indecisa a la hora de comprar libros, necesité consultar diferentes blogs en Internet donde ya habían algunas opiniones de él para decidirme a tenerlo. La mayoría de reseñas que leí lo alababan, así que finalmente lo conseguí y ya puedo decir que me sumo a todos los que se han sentido maravillados por esta historia.
Primero que nada deciros que es una novela epistolar, es decir, está compuesta única y exclusivamente de cartas. Dicha correspondencia abarcará dos periodos de tiempo diferentes (los que se mencionan en la descripción del libro), y diferentes remitentes de cartas. No creáis que empezará con las cartas de 1912 y acabará con las de 1940, las cartas y sus protagonistas se irán alternando, pero esto será necesario para que comprendáis la historia y os preguntéis qué les pasó a Elspeth y David (protagonistas principales).
Tal vez penséis que por ser solo cartas puede que os perdáis cosas importantes o no lleguéis a entender los sentimientos de los protagonistas, pero ya os digo que no, y que éste es uno de los motivos que más me hace elogiar este libro. Jessica Brockmole consigue de un modo sublime que las cartas transmitan todo lo necesario para que el lector se una a la historia. Es más, considero que esta forma de narración es lo que hace que la lectura sea ágil y no puedas parar de leer.
No os voy a contar detalles del desarrollo de la trama, pues es algo que creo que debéis descubrir por vosotros mismos. Sólo os diré que veréis cómo los personajes van madurando, cómo la correspondencia empieza siendo algo aparentemente sin importancia y con momentos cómicos, y cómo poco a poco los sentimientos de Elspeth y David irán transformándose en algo más profundo mientras nos cuentan también cómo el mundo se ve afectado por la primera guerra mundial. Las cartas de los años 40 ya tendrán otros protagonistas que serán piezas claves para el final, pero aún así todo seguirá girando mayoritariamente en torno a Elspeth, David y aquellas personas que formaban parte de sus vidas.
Cuando terminé el libro sentí que ya echaba de menos seguir con la historia, y la verdad es que creo que me costará un poco sumergirme en el mundo del siguiente libro. Otra cosa que me gustaría destacar es que a mí recibir correos electrónicos de amigos siempre me alegra, pero esta novela me hace pensar en lo bonito que sería mantener correspondencia tradicional y sentir la emoción de enviar la carta, esperar días a que llegué una respuesta, la emoción de que esta respuesta sea manuscrita...¿el inconveniente? Con el email sabes seguro que llega y la respuesta puede ser inmediata, por lo que la correspondencia tradicional no es apta para impacientes.
¿Os animáis con la lectura? Si tenéis una duda o queréis dar vuestra opinión, no dudéis en dejar vuestro comentario.