TÍTULO: UN PASEO PARA RECORDAR
TÍTULO ORIGINAL: A WALK TO REMEMBER
AUTOR: NICHOLAS SPARKS
Cada mes de abril, cuando la brisa marina se mezcla con el aroma de las lilas, Landon Carter recuerda su último año en el instituto Beaufort. Era 1958 y Landon ya había tenido una o dos novias. Juraba, incluso, que ya se había enamorado.
Y es entonces cuando Jamie Sullivan, la hija del pastor baptista del pueblo, entra en su vida.
Jamie era una chica callada, que cuidaba de su padre viudo, rescataba animales abandonados y era voluntaria en el orfanato. Ningún chico le había pedido una cita jamás. Landon nunca hubiera imaginado que él fuera a hacerlo. Sin embargo, un giro del destino hizo que Jamie se convirtiera en la pareja de Landon para el baile. Y desde ese momento, la vida del chico cambiaría para siempre.
(Portada y sinopsis
de la edición publicada
por Roca Editorial)
OPINIÓN PERSONAL
Tierna y breve, una historia a la que le faltó poco para alcanzar la perfección. Hace bastantes años, conocí la existencia de Nicholas Sparks gracias a esta obra (los que me conocen saben que hoy en día es mi autor favorito y que compro todo lo que publica), o más bien, gracias a su adaptación cinematográfica. La vi nombrar en una lista de películas que te hacían llorar y me dio curiosidad. Debo decir que me costó años conseguir el libro, ya que en aquel momento estaba descatalogado y no era precisamente barato conseguirlo de 2º mano. Afortunadamente, Roca Editorial lo reeditó en 2013 y fue en ese momento cuando ya pude obtener mi ejemplar (sí, vale, fue hace 10 años, el tiempo ha volado, pero en aquel momento os juro que saltaba de alegría por haberlo podido comprar porque le tenía muchísimas ganas). Ahora lo he releído, creo que por 3º o 4º vez, y lo sigo disfrutando a pesar de que considero que ciertas partes podrían haber estado mejor trabajadas.
El prólogo es sencillamente hermoso. Está cargado de nostalgia y te hace querer sumergirte de inmediato en la historia. Ahí, Landon Carter, el protagonista, tiene 57 años. Con mucha sutileza, nos invita a acompañarle en un pequeño viaje a través de sus recuerdos. Concretamente, nos quiere mostrar los sucesos que marcaron su vida cuando tenía 17 años. Una obra de teatro, la necesidad de hacer lo correcto y una chica con la que no parecía tener nada en común cambiaron para siempre su destino...
Corría el año 1958 en Beaufort, un pequeño pueblo de Carolina del Norte (Estados Unidos). Landon era el típico adolescente chulo y engreído que se consideraba mejor que los demás. En más de un sentido, todo era pura fachada, pero eso no evitaba que pudiera resultar irritante. Por otro lado, Jamie era la hija del reverendo de una de las iglesias de la localidad. Su amabilidad y su entrega abnegada a cualquier causa solidaria provocaba que más de uno la considerada una chica rarita y aburrida. No tenía amigos y nadie se molestaba en conocerla de verdad, pero a ella no parecía importarle.
Cuando Landon se vio obligado a pedirle ir juntos al baile del instituto para no quedarse solo, no imaginó que Jamie acabaría despertando su interés...
Os advierto que Landon os puede llegar a caer muy mal al inicio. No duda en descalificar a otros y da la impresión de que solo acepta realizar buenas acciones para lograr algún objetivo concreto, pero también es verdad que se expresa de un modo cercano y nunca intenta fingir que es un santo. Además, aunque a veces parezca que solo cede para no quedar mal, nunca le hace daño a propósito a nadie y tiene sus límites. El gran punto fuerte de su personaje es la evolución que va sufriendo a lo largo de toda la novela. Sparks hace un trabajo sublime con su personaje, se nota su crecimiento personal y su comportamiento va adquiriendo nuevos matices que ayudan a dotarle de más profundidad y a darle credibilidad cuando comienza a tomar ciertas decisiones.
En cuanto a Jamie, ella es más estática. Es la misma persona al principio y al final, y no es que ser así sea malo, pero nunca sale de su zona de confort y eso impide que en más de una ocasión se note su complicidad con Landon. Su fe religiosa es lo que marca su día a día y da la sensación de que no quiere ver nada más allá de eso. Ojo, no digo que tener fuertes creencias religiosas sea incorrecto. Mientras no se le haga daño a otras personas, considero que cada cual es libre de poner su fe y sus esperanzas en una religión o en lo que sea.
No dudé del interés que Landon le despertaba, pero sí que pienso que a veces no le daba un respiro o no se permitía a sí misma pasar ni un instante sin hacer referencia a sus convicciones cristianas.
El libro consta únicamente de 171 páginas (mi edición es la de bolsillo con la portada que he puesto junto a la sinopsis) y la narración es fluida, así que se lee en un suspiro. Sparks no busca crear un argumento enrevesado, lo que nos ofrece es un romance dulce y sencillo que busca emocionar con pequeñas escenas.
El desarrollo de la trama es el esperable durante la mayor parte del tiempo, pero no deja indiferente. No niego que me faltaron más instantes en los que Jamie y Landon pasaran más tiempo juntos sin tanto recato, lo que pasa es que no me atrevería a decir que eso me estropeó la lectura. Y cuando digo lo del recato, no me refiero a que hubiera más pasión o sexo, ya que ni es el estilo de Sparks ni le hubiera pegado añadir eso a esta historia. Más bien es que faltó que Jamie y Landon disfrutaran de citas o simples paseos sin que él estuviera intentando hacer lo correcto y sin que ella se dedicara a sacar a colación lecciones sobre moral o buen comportamiento. Lo que se nos muestra está bien, pero no hubiera estado mal añadir más páginas y explorar mejor determinados aspectos de su relación.
No menciono a personajes secundarios porque no vale la pena. No digo que sobren o que no pinten nada, pero no están diseñados para dejar huella. Su función es realizar aportaciones complementarias sin necesidad de restarle protagonismo a Jamie y a Landon.
En las últimas páginas hay sorpresas. Sparks añade su marca e introduce un drama que le da un nuevo sentido a lo que viven los protagonistas. Todo toma otro rumbo y, si el prólogo fue perfecto, os aseguro que para mí el cierre también es inmejorable. En base a los acontecimientos finales, vi un acierto el modo de acabar el libro y que fuera Landon quien volviera a emocionar con sus palabras.
Si buscáis una lectura sencilla, bien narrada y con personajes que sepan ganarse vuestro cariño, ésta es una buena opción. Tenía potencial para dar más de sí, pero creo que lo que te hace darte cuenta de ello es lo grandiosa que fue su adaptación...
Estrenada en 2002, cuenta con Mandy Moore y Shane West como protagonistas. En mi mente, ellos siempre serán Jamie y Landon. Supieron bordar sus papeles y lograron transmitir mucho con pequeños gestos y miradas.
La he visto ocho mil millones de veces (vale, puede que exagere un poco, pero realmente he perdido la cuenta xD), y la podría seguir viendo una y otra vez.
Le saca mucho más partido a la pareja que el libro y deja escenas inolvidables. Además, le da más naturalidad a la personalidad de cada personaje y hace más creíble el vínculo entre ambos.
Haré próximamente una entrada dedicada a ella, pero os adelanto que todo serán alabanzas ♡ Asimismo, aprovecharé para destacar las principales diferencias con el libro.
Valoración del libro: 8,5/10 "Una novela corta narrada con cercanía y que causa diversas emociones. Hubiera sido perfecta si el autor hubiera creado más escenas en las que los protagonistas pasaran tiempo juntos sin que uno estuviera intentando amoldarse a las creencias del otro. Jamie y Landon son una pareja cuya historia está impregnada de dulzura, pero Landon es el que más va evolucionando a lo largo del libro y eso es lo que provoca una descompensación entre él y Jamie. El prólogo y el desenlace son absolutamente perfectos, no cambiaría ni una palabra".
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