TÍTULO: SIGUE MI VOZ
AUTORA: ARIANA GODOY
Pero ¿es posible enamorarse de alguien sin tan siquiera conocerlo? ¿Puede una persona enamorarse de otra sin haberla visto? ¿Es posible desarrollar sentimientos por una persona que solo has escuchado?
Klara encontrará la respuesta a esas preguntas, escuchando con dedicación todos los días su programa favorito de radio Sigue Mi Voz.
(Sinopsis y portada extraídas de la página de Penguin Libros España.
Libro publicado por Montena,
sello editorial del grupo Penguin Random House)
OPINIÓN PERSONAL
Una historia contada con dulzura y que esconde más de lo que parece. Hasta ahora, de Ariana Godoy solo había leído 2 libros de su saga Darks (Heist (reseña aquí) y Fleur (reseña aquí)), los cuales no me dejaron una mala impresión (aunque "Heist" fue el que verdaderamente me encandiló y me pareció adictivo por su toque oscuro tan inesperado). Aquí la autora tiene un estilo muy diferente, se respira más calma y la ternura impregna muchas de las páginas. No lo digo como algo negativo, al contrario, me ha gustado ver cómo Ariana Godoy sabe crear libros tan diferentes entre sí y demostrar que lo hace bien.
Klara, nuestra protagonista, es una adolescente que está pasando un bache importante. Su madre falleció a causa de un cáncer y, a raíz de eso y de otros motivos, ella decidió aislarse lo máximo posible. Vive junto a su hermana Kamila y a su cuñado Andy, los cuales realmente la adoran e intentan que vuelva a abrirse al mundo. Sin embargo, Klara apenas es capaz de salir de casa. Lo único que le da cierta alegría es escuchar diariamente el programa radiofónico Sigue mi voz, presentado por Kang, un joven que sabe transmitir buen rollo y conectar muy bien con sus oyentes. Klara nunca interacciona con el programa, pero un día decide mandar unos mensajes a través de sus redes sociales y eso provocará una reacción que ella no esperaba... será un hecho que la colme de alegría y de temor al mismo tiempo...
Lo mejor del inicio es lo fácil que es meterse en la lectura gracias a la simpatía e interés que genera Klara. Se ve que ha pasado momentos duros y, a pesar de que no detalla en exceso lo que ha vivido, se nota que tiene mucho que superar. No oculta que ha pasado por una depresión y que todavía está haciendo frente a diversos miedos que ponen en jaque su salud mental, así que es inevitable querer saber mejor qué le ocurrió y ver cómo afronta varios acontecimientos inesperados.
El tema de su amor por el programa de radio también atrapa. Solo por la sinopsis, ya daréis por hecho que Kang, el locutor, tendrá un papel importante. Klara no tiene una obsesión ni nada con él, sencillamente le gusta escucharlo, así que cuando él comienza a hablar con ella... yo me morí de amor, y no voy a decir nada más sobre cómo se desarrolla todo porque merecéis descubrirlo leyendo la novela.
No todo se reducirá a un posible romance. Se habla de la salud mental, de la amistad, del acoso y del impacto que supone una enfermedad en una familia y en quien la padece.
Hay unos aspectos mejor tratados que otros, pero ninguno queda mal.
Otro punto a favor de esta obra es que hay un giro inesperado que te hace darte cuenta de que hay más dramatismo del que parecía. Tuve hasta que releer la página en la que se desvelaba porque creo que es algo que no se veía venir. Me impresionó y tuve que reinterpretar y darle otro sentido a lo que había pasado hasta ese momento.
Lo único que vi mejorable en las primeras páginas fue el tipo de mensajes que Klara mandaba al programa de radio. Y quiero recalcarlo porque es importante la diferencia: mensajes AL PROGRAMA DE RADIO, no a Kang directamente. Digo esto porque ambas cosas no son precisamente lo mismo y están tratadas de manera diferente. Los mensajes al programa se supone que asientan las bases de la trama, y me dio la impresión de que la autora tenía ganas de saltarse rápido esa parte. Era como si solo viera eso como un puente para la conexión que iba a surgir entre determinados personajes y no quisiera detenerse demasiado ahí. Es decir, lo añadió porque no le quedaba de otra, sin meter eso no podía surgir lo que iba a ocurrir después, pero no lo hizo bien de cara a hacer creíble que Kang sintiera interés por Klara. Las prisas provocaron que se mostrara una versión infantil de Klara que no se correspondía con su personalidad o con su forma de ser el resto del tiempo, y es una pena, pues no se le veía nada verdaderamente especial a dichos mensajes. Afortunadamente, tras eso y con los acontecimientos tomando otro rumbo, todo mejora notablemente.
Las páginas vuelan, cuesta parar de leer porque siempre hay un halo de incertidumbre que te impide conocer con exactitud las decisiones que tomarán los personajes. Todo lo que rodea a Klara y a Kang tiene un aire especial... ¿es él la persona que aparenta en la radio? ¿es tan seguro de sí mismo y encantador como parece? ¿puede Klara afrontar la posibilidad de que en persona puedan aceptarse mutuamente?
Posteriormente, cuando la novela entra en otra fase, ya veréis que surgen nuevos interrogantes y nuevos dilemas, lo cual enriquece la historia y la hace todavía más adictiva.
Hay varios personajes secundarios, pero no quiero describirlos para no contar más de la cuenta. Lo que os puedo adelantar es que todos tienen perfiles muy diferentes: unos caen bien desde el principio, otros no son lo que parecen, y hay a quien odiaréis con toda el alma y os darán ganas de pegarle cuatro gritos bien dados para que deje de destilar tanta maldad. Y sí, el libro promueve la psicología positiva y aprender lecciones y ser buenos, pero yo no he llegado al nivel de creer que la gente cruel merezca comprensión.
La recta final me mantuvo en vilo. Desde mi punto de vista, todo lo relacionado con la salud mental está correctamente tratado, y en las últimas páginas es cuando se demuestra que hay fantasmas que es complicado que desaparezcan del todo. Posiblemente hay aspectos de este tema que merecerían un mayor desarrollo, pero creo que no se comete el error de banalizar el asunto o de dar a entender que se puede encontrar una solución milagrosa de un minuto a otro.
Lo que no me convenció del desenlace es que me faltaron dos cosas: una conversación y una explicación. Un personaje nunca llega a conocer directamente lo que vivió otro, se da a entender que lo sabe, pero yo odio tener que presuponerlo. A mí me gustan las cosas claras, no las suposiciones. Y cuando digo que no se dio una explicación, me refiero a que un personaje no justificó una mentira que para mí cambiaba el significado especial y único del primer contacto directo entre Klara y Kang. Eso quedó en el aire y no me hizo gracia. Pero no os quedéis con lo malo, os prometo que he disfrutado muchísimo de la novela: me ha enamorado, me ha hecho sufrir y ha conseguido sacarme sonrisas. Sin duda, quiero seguir leyendo más de Ariana Godoy.
Valoración del libro: 8/10 "Con una narración fluida y un estilo sencillo, esta historia consigue despertar rápidamente el interés. Además, los diversos acontecimientos van provocando una pequeña vorágine de emociones y cuesta querer parar de leer. Klara es una protagonista que debe ir afrontando varios retos, los cuales pondrán en jaque su tranquilidad y su corazón. La acompañaremos mientras se enamora, pero también mientras aprende a vivir. Hay partes que pudieron haber sido mejor desarrolladas, pero no negaré que, en términos generales, la lectura me ha dejado satisfecha".
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